Plantà de la falla Plaza del Doctor Collado, 1960
Plantà de la falla Plaza del Doctor Collado, 1960, de Salvador Debón. Primer premio de la sección especial

Las Fallas no serían nada sin plantà… pero literalmente, porque en este acto se ponen en la calle, y si no hay plantà, no hay falla, claro. Pero no siempre se ha realizado de la misma manera, ya que ha dependido del tamaño y estructura del monumento, ni tampoco ha tenido lugar en el mismo día, pues la exposición en la vía pública se amplió, así como el volumen de lo plantado.

Plantà de la falla Plaza del Doctor Collado, 1960
Plantà de la falla Plaza del Doctor Collado, 1960, de Salvador Debón. Primer premio de la sección especial.

Sin embargo, algo no ha cambiado en la plantà desde el siglo XVIII: que es por la noche. Y es así porque la naturaleza satírica de las fallas lo exigía, ya que sus autores preferían ser lo más discretos posibles ante una sociedad poco dada a bromas, con una moralidad muy rígida. Así lo demuestra que hubiera casos de fallas destrozadas o sus autores agredidos ante una crítica. En concreto, las fallas se plantaban la madrugada del 17 al 18 de marzo, con poca luz y pocos testigos, por si acaso. En dos noticias de 1894 y 1895 se afirma que la hora habitual de plantà era las tres de la madrugada, pero no está comprobado que fuera así.

Las fallas en aquella época eran muy sencillas, sólo unos pocos ninots sobre un entarimado simulando una escena teatral. Por ello, para plantarlas sólo había que montar la base y después clavar las figuras en su parte superior.

Al principio las fallas sólo estaban expuestas un día, ya que se quemaban el mismo 18. No fue hasta 1892 cuando el Ayuntamiento de València cambió oficialmente la cremà al día 19, alargando la fiesta a dos días. En este proceso de ampliación de los festejos falleros, el consistorio decidió en 1918 que la plantà se realizara un día antes, es decir, en la madrugada del 16 al 17 de marzo, con lo que las fallas estarían en la calle tres días, dando tiempo a más festejos.

Paralelamente a la ampliación del programa de fiestas, las fallas empezaron a hacerse más grandes, estimulándose su parte artística por encima de la crítica con los premios que empezaron a concederse desde los últimos años del siglo XIX. Esto complicó la plantà, porque al hacerse más altas las fallas, había que plantarlas al tombe, es decir, construir la parte central tumbada en el suelo y después levantarla con cuerdas desde los balcones cercanos. Esta técnica se sigue utilizando hoy en día por algunas comisiones falleras como Arrancapins, Cádiz-Cura Femenía (Noscarmientas) y Ripalda-Beneficència-Sant Ramon, y por artistas falleros como Juane Cortell o Juanjo García. También se levantó a pulso la falla conmemorativa del aniversario de la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad, plantada en noviembre de 2016. Incluso una falla tan alta como la municipal de València de 2017, la que simulaba la Torre de Telecomunicaciones no construida en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se levantó “casi” al tombe entre un grupo de personas al tener la “ayudita” de una grúa, pues medía 41 metros de altura.

Plantà al tombe de la Falla del Ayuntamiento de València de 2017
Plantà al tombe de la Falla del Ayuntamiento de València de 2017.

Pero los catafalcos se hicieron más y más grandes, y en ocasiones no era posible levantar algo tan alto con cuerdas. Por ello, en los años cincuenta empezaron a plantarse a cadiretes o cavallets, es decir, poner caballetes de medio metro uno encima de otro hasta la altura deseada. En esa década, concretamente en 1951, se da el primer paso de adelantar la plantà de una falla, y es que los falleros y falleras de la plaza de Alfonso el Magnánimo-Paz pensaron que no les daría tiempo montarla si no empezaban un día antes. Otra novedad de los cincuenta fue el uso de andamios de mecanotubo, estrenados en la plantà por el artista Vicente Luna en 1957 cuando plantó la falla de la plaza del Doctor Collado. Esta técnica consistía en montar dos torres de tubos y una viga vertical que las unía, teniendo esta última una polea para subir las piezas.

En los sesenta se produjo otra novedad: la grúa. La primera comisión que la utilizó fue la de Barcas-Pascual y Genís en 1960, con una falla de Modesto González. Otro cambio que se da lugar durante esta época fue un nuevo avance del día de planta oficial, ya que en 1967 se estableció en la madrugada del 15 al 16 de marzo, como lo conocemos actualmente.

Plantà de la falla de Convento Jerusalén-Matemático Marzal de 2014
Plantà de la falla de Convento Jerusalén-Matemático Marzal de 2014.

No obstante, es de sobra conocido que las fallas más grandes de la ciudad no da tiempo plantarlas con una sola noche. Y esto no es nuevo, ya que desde la década de 1950 hay ejemplos como el de la plaza de Alfonso el Magnánimo de 1951, cuando el artista Vicente Benedito empezó a plantar el 14 de marzo. En 1964 se inició la plantà de fallas de la sección especial y de la plaza del Caudillo (actual plaza del Ayuntamiento) para la noche del 12 al 13 de marzo. En los años setenta se avanza hasta el 10 de marzo en ocasiones, y en 1987, la falla municipal de Manolo Martín (la polémica Perquè el foc només siga un espill) empieza a montarse el 5 de marzo. Pero el récord lo tiene la que plantó Nou Campanar en 2009, la más cara y voluminosa de la historia, que se empezó a montar el 27 de febrero; este hecho no provocó protestas del vecindario por los cortes de calles, ya que el catafalco se plantaba sobre un solar, no sobre vía pública.

Otro hecho significativo sobre la plantà tuvo lugar en 2020. Cuando la Generalitat Valenciana suspendió las Fallas el 10 de marzo por causa de la pandemia del Covid-19, algunas de las más grandes estaban a medio montar. Ello obligó a que se realizara una “desplantà” para desmontar todo lo que se pudo de las mismas, y guardar las piezas hasta que fuera buen momento para plantarla de nuevo. Por desgracias, los centros de cuatro fallas (la municipal de València, Na Jordana, Cuba-Literato Azorín y Regne de València-Duc de Calàbria) no pudieron dividirse y se quemaron de forma controlada y sin público, salvo el de Regne que lo quemó el vandalismo.


Más información:

MOZAS, JAVIER (2017). “Amb nocturnitat i traidorïa”, dentro de El verí del foc núm. Falla Juan Ramón Jiménez, Xàtiva.

LLOP I BAYO, JOAN LLUÍS (2017). “Quedar-se plantat una nit o moltes. De la plantà al tomb a les grues”, dentro de El verí del foc núm. 11. Falla Juan Ramón Jiménez, Xàtiva.