En Tarragona los romanos levantaron murallas… y los valencianos fallas. Los “culpables” de lo segundo fueron unos ferroviarios de València que, trasladados a la capital tarraconense, en 1932 empezaron a moverse para celebrar las Fallas en su nuevo barrio. Su idea era convertir las típicas Foguerades tarraconenses de San Juan en una manifestación artística al estilo de la fiesta valenciana; algo así como lo que hicieron con las Hogueras de Alicante pocos años antes, en 1928.
Y lo consiguieron: con la ayuda de diversos elementos locales y el patrocinio del Ayuntamiento de Tarragona, se creó una comisión fallera y se organizó un programa de festejos. De esta manera, en 1933 situó la primera falla de esta ciudad en la Rambla del 14 d’Abril, ahora llamada Rambla Nova. Encargada al artista fallero Adolf Ariño, se plantó el día 22 de junio, siendo su cremà el 25 del mismo mes.
Esta primera falla se conoció como “de l’Estació Central”, ya que criticaba la lentitud para que llegara una nueva estación de tren a Tarragona. Se acompañó de actos típicos de una semana fallera en València: música, pasacalles con tabalet i dolçaina, verbenas, cabalgatas, pirotecnia… añadiendo bailes de sardanas, que es lo típico del lugar. No faltó el llibret con la explicación de la falla (el programa de festejos se editó por separado).
El éxito de aquella primera fiesta fallera en Tarragona fue tal, que pocos meses después de celebrarse se crearon cinco nuevas comisiones, plantándose así seis fallas en 1934. Ese año se propuso darle una personalidad propia a la naciente celebración, llamándola “Festa de les Pires Romanes”. Además se intentó que el estilo artístico estuviera basado en el arte romano, tan presente en la historia tarraconense, aunque sin abandonar la sátira. Sin embargo, no se llegó a conseguir plenamente ni uno ni otro objetivo: por un lado, aunque empezó a usarse la palabra “pira” para nombrar al catafalco, no se abandonó la de “falla”; y por otro, no se dejó de plantar fallas con estética valenciana aunque sí las hubo más “romanas”.
También en 1934 se nombró a la primera fallera mayor de Tarragona, cargo que ostentó Antonieta Bonachí i Bonachí. Le acompañaban en la representación la fallera de honor valenciana, Glòria Gramaje, y la fallera de honor tarraconense, María Cinta Andrés.
Se plantaron catafalcos en la Rambla 14 d’Abril, en las plazas de la República, de Prim, de Corsini, del Fòrum, y del President Macià. El primero volvió a ser de Adolf Ariño, y otros artistas falleros, Francesc Canet y Rafel Raga, plantaron el de Macià.
Tanta euforia hubo por la nueva fiesta que se gastó más de la cuenta, haciendo que mucha gente se desanimara por esa mala gestión económica. Por ese motivo, en 1935 la organización cambió de directiva y fue con más cuidado. Por otro lado, sólo sobrevivieron tres comisiones que plantaron sus respectivas fallas: Rambla 14 d’Abril, plaza de Prim y plaza del President Macià. La primera, nuevamente de Ariño, representó la leyenda del Puente del Diablo con una escultura tan grande que su plantà fue complicada. La de Prim, del mismo artista, fue más pequeña y criticaba el nuevo edificio de Telefónica en la Rambla. Por último, la falla de Macià era puramente de estilo romano, y la construyeron los artistas Canet y Raga. Tuvo el incidente de que la figura superior, que representaba a la diosa Minerva, cayó durante la plantà y no se pudo poner en su sitio.
En 1936 volvieron las Fallas a Tarragona, celebrándose del 22 al 24 de junio y plantando las mismas tres comisiones que el año anterior. La correspondiente a la plaza de Macià la construyeron los artistas falleros Lorca y Archelós, se dedicó a la mujer y era visitable por su interior, donde había una exposición; la de la Rambla 14 d’Abril fue obra del mismo taller, y representaba un ánfora romana; y por último, la de Prim la realizaron dos artistas tarraconenes, Folch y Ribas, y hacía sátira de la comisión de fiestas anterior.
Esta fiesta ya no se celebró al año siguiente, ya que la Guerra Civil Española estalló en julio de 1936. Finalizada la contienda en 1939 ya no se volvió a retomar, a diferencia de muchas otras localidades donde sí volvieron las Fallas. En 2017, el Casal Popular Sageta de Foc tuvo intención de recuperarlas, pero no tuvieron éxito en el intento.
PARA SABER MÁS:
Fondos municipales de la Biblioteca de Tarragona: Fallas, web del Ayuntamiento de Tarragona (consulta: 09/02/2021).
Fondos municipales de la Biblioteca de Tarragona: Programas de Fallas, web del Ayuntamiento de Tarragona (consulta: 09/02/2021).
“El Casal Sageta de Foc de Tarragona quiere recuperar las Fallas por Sant Joan“. Diari de Tarragona, 8 de marzo de 2017 (consulta: 09/02/2021).
BAYDAL, VICENT (2017): “Quan les Falles arribaven a Tarragona“, web Vent de Cabylia (consulta: 09/02/2021).