La Falla Industria-Santos Justo y Pastor descubrió ayer las fallas del siglo XIX al público presente en el casal. Gracias a Javier Mozas y Josep Lluís Marín, que dieron una charla sobre este tema como colofón de la semana cultural de la comisión.
Aquellas fallas nada monumentalistas pero muy críticas, aquellas fallas con las explicaciones pegadas en las paredes, han sido las protagonistas de la charla sobre las fallas del siglo XIX que ayer por la tarde tuvo lugar en el casal de la Falla Industria-Santos Justo y Pastor. Javier Mozas y Josep Lluís Marín, ambos miembros de la Associació d’Estudis Fallers (ADEF), aportaron a la audiencia datos curiosos como la composición tan simple que tenían las fallas de la segunda mitad del siglo XIX (con uno, dos o como mucho tres ninots), su carga de sátira tan incómoda para las autoridades (por lo que sufrieron numerosos ataques de las mismas en forma de censura o de tasas), que las fallas se plantaban la noche del 17 al 18 de marzo y se quemaban la tarde del 18, o que la explicación de las fallas la ponían en carteles pegados en las paredes cercanas. Esto último fue el precedente del llibret, tema que también se trató y por el que se habló de Josep Bernat i Baldoví, escritor del primer llibret conocido (de 1850). Tras la charla hubo un turno de preguntas en el que la curiosidad del público se salió del siglo XIX para pasar al XX, al interrogarse sobre la primera fallera mayor de Valencia (de 1931) y el origen de la Ofrenda (1945), y contar sus experiencias personales en el mundo de las fallas una fallera de edad avanzada que había presente. De paso, también se habló del lejano origen laico de la fiesta, ya que se expuso la teoría de que la actual fiesta de las Fallas provenía remotamente de los fuegos para conmemorar la entrada del equinoccio de primavera, y por tanto nada tenían que ver con ningún santo.
Para finalizar, las falleras mayores de la comisión, María Teresa González y Celia Guerras, impusieron las insignias de la falla a Javier Mozas y Josep Lluís Marín. Tras ello se dio por cerrada la semana cultural, con ganas de que en la siguiente colaboren de nuevo miembros de la ADEF.