Fallas para falleros y no falleros según Candreu
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Escif y Galiana meditan sobre la Meditadora

Escif, el diseñador de la falla municipal de València de 2020, deja claro que lo que se plantará en septiembre no es realmente la falla sino sus ruinas, y Carlos Galiana, concejal de Cultura Festiva, contesta que sí será falla aunque no de acuerdo a su proyecto inicial, como les pasará a muchas otras cuando se pongan en la calle.

Boceto de la falla municipal grande de Valencia 2020
Boceto de la falla municipal de València de 2020.

La decisión del Ayuntamiento de València de plantar en septiembre la falla municipal de 2020 ha provocado una respuesta del diseñador de la misma, el artista Escif, donde quiere aclarar que aunque lo anuncien como que será la falla municipal, en realidad no es cierto porque es sólo la cabeza, falta el cuerpo (que se tuvo que quemar porque no se pudo desmontar tras suspenderse las Fallas). Como respuesta, la concejalía de Cultura Festiva contesta que sí será una falla, pero una “falla excepcional” como habrá muchas otras.

Los comunicados íntegros son los siguientes:

Una cabeza sin cuerpo

Sorprendido ante la nueva de que los restos de la meditadora se presentarán como Falla Municipal de este año 2021 y, visto que he tenido que enterarme de esta noticia por la prensa, me ha parecido oportuno escribir esta nota con la que poder dar a conocer mi opinión al respecto.

El proyecto de la meditadora se vió interpelado por el estado de alarma.

Ante la inesperada situación de la crisis del Covid, el Ayuntamiento de Valencia decidió quemar, a puerta cerrada, el cuerpo de la meditadora, dejando huérfana la parte alta del monumento. La meditadora no pudo terminar de montarse. Se quedó a medias. Cuerpo y mente quedaron separadas. Afortunadamente su mensaje trascendió la forma, llegando al corazón de muchísima gente, ocupando portadas de los principales medios del mundo, inundando las redes con mensajes de paz y esperanza. Todo pasa todo el rato. El Universo es cambio y movimiento. También esta crisis mundial pasará. Paciencia.

Los restos del monumento, la cabeza y los hombros, quedaron atrapados en un tinglado del puerto, abandonados al devenir de una realidad completamente imprevisible. La cabeza y los hombros no son la meditadora. Son las ruinas de un proyecto, las brasas que resistieron, el recuerdo de lo acontecido. La meditadora abandonó su cuerpo el día que éste fue incinerado.

Este año 2021, en la plaza del Ayuntamiento, no tendremos nuestra falla. No. No se planta la meditadora. Si un fragmento, una alusión, un mausoleo. Es un acto simbólico, pero no es una falla.

Ojalá esta cabeza, que resistió la pandemia, siga catalizando el mismo sentimiento de paz y esperanza. Ojalá la meditadora se recuerde meditando y no como una cabeza cortada, cual trofeo de Perseo. Ojalá toda esta crisis nos permita concederle a la cultura el inmenso valor social que tiene como base de todo lo que somos, pero sobre todo, como cimientos de lo que queremos ser.

Quemar la cabeza de una mujer en la plaza del Ayuntamiento no es el proyecto que presentamos hace dos años. No. No es la meditadora. Es el recuerdo simbólico de una falla, ya histórica, que se quedó sin plantar.

Escif. Valencia. 21 mayo 2021

Coincidimos plenamente en que la situación excepcional que llevamos viviendo desde marzo del año pasado ha supuesto un auténtico varapalo para las Fallas tal y como las hemos conocido y vivido siempre. Nadie podía imaginar hace ya dos años que el inicio de los proyectos de fallas para 2020 seguirían sin ser plantados y quemados en condiciones dos años después. Pero es la realidad que como sociedad y como fiesta hemos tenido que afrontar.

Ni la falla de la plaza del Ayuntamiento ni la mayoría de las previstas para nuestras plazas y calles en 2020 se plantarán y quemarán como se concibieron inicialmente en 2019. En estas “Fallas”, la “plantà” y la “cremà” serán de “fallas” totalmente excepcionales. En el caso del Ayuntamiento, tras la “cremà” el año pasado de parte de la estructura principal, en septiembre plantaremos y quemaremos el proyecto presentado hace unos meses por Manolo Martín, José Ramón Espuig i ESCIF. Este proyecto alternativo a la falla de la meditadora que tendríamos que haber plantado y quemado en marzo del año pasado fue aceptado y presupuestado en 67.000 euros, más IVA, para retocar y reformular, como han tenido que hacer muchas comisiones falleras de la ciudad, el proyecto inicial y será el que veremos en la Plaça de l’Ajuntament en septiembre en estas “Fallas”, que esperemos que sean las últimas antes de poder celebrar en marzo una edición mucho más normalizada y sin la excepcionalidad derivada de la pandemia por la COVID-19.

Concejalía de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València