El Museo del Artista Fallero volvió a abrir sus puertas ayer, tras unas manos de pintura y cambio de cosas de sitio para encontrarlo todo mejor. Y es que tanto ninot y tanto boceto ya se estaban desmadrando.
Las reformas del Museo del Artista Fallero ya han acabado (y eso que cuando uno se mete en reformas, va para largo…); por eso, el viernes que viene se reabrirá. Y de paso, compensa esta época de peineteo.
Como una piña, los ocho artistas de la sección especial de Valencia que acordaron el tope de 14 metros de altura la falla, dijeron ayer en rueda de prensa que aunque el premio les tiente con sus ojitos malvados, no cederán. Y es que la cosa está muy malita…
¿Para qué tenerla tan grande, si para triunfar no hace falta? Eso han pensado los artistas de la sección especial de Valencia, que han decidido limitar la altura de sus fallas a 14 metros para que les salga más rentable hacerlas.
Estamos en época de que los políticos prometen y prometen, a ver si les creemos y les votamos, cosa que aprovecha el Gremio de Artistas Falleros de Valencia para pedirles que se acuerden de ellos (y si es posible, que hagan algo de verdad por la profesión).
Otro indulto más que tuvo ayer fue el del ninot presentado por la Falla Zapadores-Vicente Lleó, del artista José Ramón Devís, ya que el Museo del Gremio de Artistas Falleros se lo quiere llevar para exponerlo.
Más indultos, esta vez del ninot infantil de Maestro Gozalbo-Conde de Altea, que ha sido rescatado por el Gremio de Artistas Falleros de Valencia para su museo.
