Los Santaeulalia y Llácer pasan de animalitos a un Charlot gigante y pacifista, mientras Mario Pérez se estrena en la municipal de València moviéndose más que los precios.

Una falla crítica con el belicismo y otra destacando que València no para, se plantarán el próximo marzo en la plaza del Ayuntamiento de València. Los bocetos de ambas se han destacado esta tarde en la nave “Els Tallers” de la Ciudad del Artista Fallero, se han presentado oficialmente los bocetos de las fallas municipales de València.
En una escenografía cuidada tanto por decorado como por iluminación, el maestro mayor del Gremio Artesano de Artistas Falleros de València, Vicente Julián García Pastor, agradeció que el acto se celebrara en la Ciudad del Artista Fallero, y sobre el concurso de la fallas municipales, también manifestó estar de acuerdo en que los artistas aspirantes pudieran defender sus proyectos ante el jurado. No obstante, no estuvo completamente de acuerdo con el sistema de elección de las fallas municipales, sugiriendo que en próximas convocatorias dicho jurado lo compongan íntegramente personas profesionales.
Los primeros en explicar sus proyectos fueron Mario Pérez y Paco Camallonga, artista y diseñador de la falla infantil municipal respectivamente. Con el lema València es mou, representará a la ciudad en movimiento que es el Cap i casal en diversos sentidos, desde el transporte público de la Empresa Municipal de Transportes (los autobuses) y Metrovalencia, hasta el tránsito de la tradición a la modernidad. Se verán parques y jardines que se pueden recorrer, caminos conocidos y representaciones de nombres de estaciones de metro con clave de humor que habrá que adivinar. En consonancia con el tema, el diseño transmitirá dinamismo con unas líneas sintetizadas.


Posteriormente, Alejandro Santaeulalia, Vicente Llácer y José Santaeulalia (este último como diseñador) explicaron que han querido dar un giro tras plantar la “fauna fallera”, y han desarrollado un proyecto que no tiene nada que ver. Con Hope quieren transmitir un mensaje de esperanza en un mundo tan beligerante como el que vivimos actualmente, apostando por la cultura como camino para la paz y afirmando que las guerras no son un buen camino.
Como figura central aparecerá Charlot, personaje de Charles Chaplin, vestido de soldado como en su película Armas al hombro (Shoulder arms, 1918), con una altura de 20 metros y pintado de blanco y negro por abajo, subido a una base donde se lee “Hope” (esperanza en inglés) y tomando color según se sube. Por la parte superior encontraremos elementos muy coloridos como mariposas en una de sus manos, corazones que sobresalen por detrás, y unas flores que taponan el fusil, los cuales son la representación de la esperanza de que vuelva la paz en las zonas en conflicto.

La parte trasera mostrará dos enormes manos que soltarán corazones coloridos y brillantes, que contrastarán con la figura mate de Chaplin. Dichos corazones subirán hasta asomar por la parte superior de este personaje, habiendo sobre ellos niños y niñas realizando actividades culturales como la lectura, la pintura o la música, queriendo decir que la mejor arma es la educación de la infancia. Por las escenas habrá un bosque blanco con árboles simples que esperan que les llegue el color, además del gris de la guerra y de los colores de la paz. En ellas no faltará el humor y las referencias a la actualidad.

La falla tendrá una altura total de 27 metros y la figura central se realizará como un retrato, “no como un ninot” como afirmaron los propios artistas. Los autores esperan que sea una falla icónica como otras que se han plantado en la plaza del Ayuntamiento de València. No obstante, la figura de Charlot ha aparecido en numerosas fallas a lo largo de la historia, incluso en el remate de Almirante Cadarso – Conde de Altea de 2024, aunque bastante más pequeña.