Extraños círculos en el suelo han aparecido donde se planta la Falla Rubén Vela-Doctor Waksman. ¿Extraterrestres? No, los falleros que han recuperado una tradición con motivo del cincuentenario de la comisión.
Cumplir 50 años ha sido la excusa para que la Falla Rubén Vela-Doctor Waksman recuperara una antigua costumbre de algunas comisiones fallera, la cual consistía en marcar con cal el lugar donde se planta la falla. De esta manera, como antiguamente, se informa al barrio de que la comisión plantará otro año más, en este caso en el que se cumplen los 50 años de existencia de la misma.
En efecto, esta costumbre fallera se podía ver en diversos puntos de la ciudad como los barrios de Russafa, Natzaret y Orriols desde hace al menos cincuenta años, y tenía como explicación que antiguamente, las fallas las plantaban grupos espontáneos de personas que no siempre tenían continuidad. Marcando el lugar donde se sitúa el monumento se hacía saber al barrio que se seguiría plantando en el nuevo ejercicio, información que se ampliaba en ocasiones con una línea discontinua que llegaba hasta el casal, dando facilidades a los vecinos para que lo encontraran y se apuntaran a la comisión. La marca de donde se planta la falla y la línea hasta el local social también se ponía cuando los falleros organizaban una excursión abierta al público.
La propia comisión de Rubén Vela-Doctor Waksman ha llevado a la práctica años atrás esta curiosa costumbre. Una comisión que por cierto, tiene el sobrenombre de Falla Sur porque en la avenida de Doctor Waksman funcionó desde 1966 la Estación Sur de Autobuses, llamada así porque la norte era la que aún existe actualmente cerca de Nuevo Centro. Dicha Estación Sur tuvo una vida escasa, ya que al abrirse la Norte en 1970 las líneas empezaron a trasladarse allí, propiciando un “pelotazo” con el derribo de ésta y la construcción de bloques de edificios.