Despedidas en la sección especial de Valencia. Pere Baenas no volverá a plantar en la Plaza del Pilar el año que viene, y Alejandro Santaeulalia abandona L’Antiga de Campanar y hasta la sección especial. Esta última comisión y Convento critican el sistema de elección de jurados.
La Falla Plaza del Pilar no tendrá a Pere Baenas en 2017. La comisión agradece los cuatro años que ha plantado en su demarcación, en los que ha conseguido dos primeros premios de la sección especial, pero se despide de él y le desea suerte en otras plazas. Así pues, con un sexto premio en el monumento se cierra así un ciclo en esta antigua comisión del casco antiguo de Valencia.
Por otro lado, Alejandro Santaeulalia ha mostrado en las redes sociales su descontento con los premios en la sección especial de Valencia, criticando el sistema de elección y formación de jurados y afirmando que no plantará más en la máxima categoría. En su mensaje, felicita al artista Carlos Carsí, a la Falla Cuba-Literato Azorín y a su amigo Alejandro García (periodista que pertenece a esta comisión) por el primer premio, pero califica al jurado que le dio un tercero con L’Antiga de Campanar de “grupito de analfabetos artísticos y buscajuntas casaleros” y cree que debe revisarle la manera de selección de jurados, “sobre todo viendo que su inexplicable opinión dista mucho de lo que opinan tanto la mayoría de los profesionales como de los entendidos del mundo fallero o la voz de la calle”. También afirma que el año que viene espera que no se repita la situación, aunque la verá “desde la distancia”, a lo que concreta en el diario Las Provincias diciendo que no plantará en la sección especial, aunque quizás sí en alguna inferior. De esta manera se descarta que vuelva a plantar la falla de L’Antiga del año que viene, como estaba previsto.
En el mismo artículo de Las Provincias, la comisión que quedó segunda en la sección especial, Convento Jerusalén-Matemático Marzal, también critica el trabajo de los jurados que dieron los premios. Por su parte, desde L’Antiga se pide profesionalizarlos y no dejarlos “en manos de un sorteo y un cursillo”.
