Aunque es una ciudad que da para muchísimo, si verdaderamente quieres conocerla como tal, los planes que proponemos van a ser clave, pues ofrecen un poco de todo, desde visitar a formas de relajarse o ver cosas diferentes, esta es una muestra de cosas top que hacer en Valencia.

Bebe historia del centro histórico
Por supuesto, para conocer la ciudad, aunque ha cambiado muchísimo al ampliarse, hay que empezar por el centro histórico, que es la base sobre lo que se ha levantado lo demás.
Aunque Valencia no es la ciudad más conocida por rezumar historia, lo cierto es que en esta zona sí que encontramos algunas huellas de las tres civilizaciones que la marcaron: los musulmanes, los visigodos y los romanos.
Algunos puntos que no te puedes perder son la catedral, donde se encuentra el Santo Cáliz, su basílica, la plaza de la Virgen, la famosa iglesia de San Nicolás de Bari, la Lonja de la Seda (Patrimonio de la Humanidad en la actualidad) o el Miguelete, la torre que te permitirá echar un buen vistazo a Valencia.
Comer variado
Aunque la gastronomía valenciana tiene nombre y apellidos, lo cierto es que no nos referimos precisamente a comer paella y beber horchata (que también debes hacerlo, por supuesto).
Si algo tiene Valencia es una cantidad indecible de restaurante de todos los tipos y muy originales, perfectamente decorados y que ofrecen producto de calidad, algo que no se puede decir de todo nuevo negocio que quiere destacar.
Hay bocadillos gigantes, restaurantes japoneses que parecen salidos de un anime y restaurantes de comida china de verdad, no la clásica que vemos en cualquier parte y que es una españolización de sus platos clásicos, restaurantes de Dragon Ball y de muchas otras animaciones, con estrellas Michelín, de stilo kitsch… Todo lo que se te ocurra y más lo vas a encontrar, seguro, en esta ciudad que se ha convertido, precisamente, en referente en cuanto a restaurantes originales y de alta demanda, especialmente por gente joven.
Visitar el Jardín del Turia
Es la principal zona verde de Valencia tanto por extensión como por cantidad de vegetación y, por supuesto, por contar con otros recursos que hacen que pases, tranquilamente, buena parte de la jornada allí dentro y no te des ni cuenta.
Por ejemplo, cuenta con 160 km destinados a ir en bici, cuenta con 18 puentes, hay estanques e instalaciones deportivas.
Visita los Poblados Marítimos
Un lugar muy curioso de Valencia es el de los barrios marineros, considerado Conjunto Histórico Protegido.
Estas manzanas se destinaban, aunque no oficialmente, para los pescadores, y muestran casas bajas, algún barracón y, en general, lucen como un área perfectamente delimitada que ahora consideraríamos como zona humilde y que tiene toda la pinta de típico pueblecito. Sin duda, una cara muy diferente de la Valencia en la que impera la fiesta.
El Carmen, el barrio del arte urbano
Otro barrio que no te puedes perder es el del Carmen, versión valenciana de Malasaña o El Born,
Es bastante bohemio, está repleto de arte urbano de grandes artistas reconocidos del género (y, desgraciadamente, de personas que no lo respetan) y de una agitada vida artística, con largas programaciones anuales, comercios antiguos, mucho terraceo…
Relax en L’Albufera
Valencia cuenta con una pedanía que destaca por demás, El Palmar, por contar con una zona bonita e importante para el comercio, L’Albufera, un Parque Natural considerado de los humedales de costa más importantes del Mediterráneo.
Vas a poder navegarla en barca para conocer cómo son los los ecosistemas para el cultivo de arroz valenciano, ingrediente estrella de, a su vez, el plato estrella de la ciudad. Verás dunas naturales, bosques, muchas especies animales y vegetales, en parte endémicas, la puesta de sol,q ue se puede disfrutar descansando en el lago y, sobre todo, podrás relajarte.
Ve al Mercado Central
Este es uno de los planes imprescindibles para conocer Valencia, sí, pero también cualquier otra ciudad.
Una visita al mercado son sólo te muestra qué género está en venta, de qué productos hay más o menos, qué se estila comer… También, si eres observador, puedes reconocer la forma de vida de la gente, algo que encanta a los amantes de conocer culturas diferentes y, en general, de la sociología.