Fallas para falleros y no falleros según Candreu
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Las Fallas generan ‘contaminación negativa’ según la UPV

La cremà contamina, pero aún sale “rentable” al medio ambiente porque evita que los vehículos contaminen aún más al cortarse las calles. Es la conclusión de un estudio de la Universitat Politècnica de València, donde ha colaborado la Falla Convento Jerusalén (que además de dársele bien ganar primeros premios, se preocupa mucho por el medio ambiente).

Cremà de la falla infantil de Dr. Manuel Candela-Av. Puerto 2021
Cremà de la falla infantil de Doctor Manuel Candela-Avenida del Puerto de 2021.

Más de 4.400 ton de CO2 al año es lo que se estima que emiten las fallas de València en un año (en especial con la cremà), pero también evitan la circulación de tráfico rodado y con ello la emisión de 5.840 ton de CO2 . Esta estimación proviene del estudio del grupo TICs contra el Cambio Climático de la Universitat Politècnica de València y la empresa Geminis Tools, en el cual está colaborando la Falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal.

Para elaborar dichos cálculos se ha realizado una simulación en la plataforma SITE de Geminis Tools, en la cual se ha tenido en cuenta el número de comisiones falleras en la ciudad de València (casi 400) y su volumen en función de la sección en la que concursan. Los 4.400 ton de CO2 anuales que se han estimado son equivalentes a la emisión de 1.500 vehículos circulando durante el mismo período, y para compensarlo haría falta plantar 25.000 árboles de tipo mediterráneo. La Falla Convento pone de su parte para compensar sus emisiones de CO2 dentro de su proyecto “Convento más verde”, plantando los árboles necesarios como ya hizo en Llíria.

Pero no todo es negativo. Gracias a los cortes de tráfico de la semana fallera, hay una reducción del tráfico rodado en València que supone menos contaminación atmosférica. La plataforma SITE, en base al dato real de los vehículos privados que dejan de circular, calcula que se dejan de emitir 5.840 ton de CO2 durante las semanas de actividad fallera. Por tanto, lo que se deja de contaminar es más que lo que contaminan las Fallas, según este estudio.

Dentro de su apuesta por el medio ambiente, la Falla Convento Jerusalén utilizó hidrógeno verde para quemar sus fallas en sustitución de otros combustibles usados normalmente, como la gasolina. Este hidrógeno se obtiene del agua y no emite ningún gas nocivo para la atmósfera.