Ayer por la noche se quemaron las Fallas, que para eso se hacen. Unas fallas con algo menos de monumentalidad, pero con mucho más crítica que se la ganaron los políticos por fastidiar a la fiesta con medidas como el 21% de IVA al monumento, protesta que estaba hasta en la sopa estos días. También hubo alguna que otra anécdota, como que no se quemara todo el remate de Ceramista Ros, que representaba dioses de la India (aunque casi se quema un hindú de verdad), o que una fallera mayor cogiera su regalo de la falla con una plataforma elevadora. El caso es que la cremà terminó con las Fallas 2013, y hoy solo quedan por las calles churrerías cerradas, alguna carpa que otra y suciedad.
Como está mandado, anoche se cumplió el ritual de la cremà. Como siempre, muchas fallas se quemaron bastante pasadas las doce de la noche, a veces por motivos desconocidos, y otras veces por esperar el turno de los bomberos; y es que se consideraron 115 como de alto riesgo, o sea, 115 cremades a las que tenían que acudir por si acaso. Unas fallas que en Valencia costaron un millón de euros menos que en 2012, como se podía percibir por el menor tamaño (aunque a veces disimulado por la comisión) de las que formaban parte de la sección especial, en la que además había dos componentes menos: La Merced y Archiduque Carlos-Chiva. Y parece que la tendencia continuará, ya que la protestada subida del IVA al monumento fallero del 8% al 21% ha tocado el bolsillo de los festeros bastante.
Pero la falla de Ceramista Ros-José María Mortes Lerma, obra de Sergio Fandos, no se quemó entera. Asociaciones de hindúes se puso en contra de que se quemara el remate, una elefanta que representaba al dios Ganesha, porque consideraba esa acción un sacrilegio al ser una de las deidades más importantes de su religión. La protesta llegó hasta la embajada de la India y a Junta Central Fallera, y aunque los hindúes la realizaron de forma pacífica, se creó tal malestar entre los falleros y personas de esta etnia que la policía tuvo que hacer acto de presencia en la demarcación. El presidente de la falla al principio quiso quitarle hierro al asunto, pero finalmente decidió desmontar una figura de la divinidad Shiva Nataraja por la tarde y donarla al templo hindú, además de tapar todos los elementos que identificaban como dios a la elefanta. A pesar de todo no acabaron los sustos, porque un hombre de esta nacionalidad pretendió quemarse a lo bonzo delante de la falla tras rezar ante ella, cosa que hubiera conseguido si no le hubieran detenido dos falleros.
Afortunadamente, no hubo más sustos de ese calibre en el día de ayer y sí alguna anécdota curiosa, como la que ilustra la fotografía superior. En muchas comisiones existe la costumbre de que, antes de quemarse la falla, la fallera mayor se quede con algún elemento de la misma de recuerdo. Lo normal es algún detallito o como mucho un ninot de un tamaño no superior al de una persona, pero a la fallera mayor de Industria-Santos Justo y Pastor le apeteció quedarse con la bandera que colgaba de una trompeta del remate. Para cogerla se subió ella misma a una plataforma elevadora -la misma que gastaron los falleros para agujerear el monumento para facilitar su combustión- y se lo llevó.
Con el fuego desaparecieron Mariano Rajoy, Angela Merkel, Rita Barberá, el Rey Juan Carlos I y su yerno Urdangarín, Bárcenas y muchos otros personajes que han dado que hablar en este último año, y no precisamente para bien. Pero desaparecieron solo sus ninots, que los de verdad siguen dando guerra todavía, y seguramente darán más ideas para las Fallas de 2014 con sus aventuras y desventuras políticas.